El uso inadecuado de los antibióticos provoca más de 25.000 muertes al año en la Unión Europea y cerca de 700.000 en todo el mundo. El/la farmacéutico/a tiene mucho que decir en la promoción del uso responsable de antibióticos,por lo que desde las organizaciones profesionales se recuerda que no se deben utilizar nunca los restos de antibióticos de anteriores tratamientos, por lo que es aconsejable no guardarlos en el botiquín casero y llevarlos al Punto SIGRE de la farmacia una vez finalizado dicho tratamiento.
Además, solo el médico o el dentista (o el veterinario en el ámbito de la salud animal) están cualificados para diagnosticar y prescribir el tratamiento de enfermedades; y no se debe suspender el tratamiento antes del periodo establecido, ni modificar las dosis prescritas, cumpliendo siempre con el tratamiento en su totalidad.
Sólo las enfermedades infecciosas originadas por bacterias son susceptibles de ser tratadas con antibióticos y cada bacteria responde de forma diferente, por lo que el tratamiento de una u otra infección deberá hacerse con diferentes tratamientos y estos habrán de ser prescritos y pautados por el médico. En el caso de infecciones no provocadas por bacterias, el uso de antibióticos no sólo no es útil, sino que además puede provocar efectos adversos y promover la aparición de resistencia antimicrobiana.
La resistencia antimicrobiana aparece cuando uno o varios microorganismos se vuelven resistentes a la acción de uno o más tipos de medicamentos antimicrobianos. Estas cepas de bacterias resistentes se pueden propagar a través de diferentes vías: aire, agua, contacto físico y a través de los alimentos.
Éstos son algunos consejos para el uso correcto de los antibióticos:
- Ante cualquier signo de infección, acude a tu médico para su adecuado diagnóstico y, en su caso, la prescripción de su tratamiento.
- Atiende todas las indicaciones de tu médico, especialmente en lo que respecta a la duración del tratamiento. Es importante completar el tratamiento aunque los síntomas hayan desaparecido.
- Acude a la farmacia con la receta y atiende las recomendaciones de tu farmacéutico.
- Informa a tu médico y a tu farmacéutico si eres alérgico.
- En algunas ocasiones los antibióticos pueden provocar efectos adversos. Advierte a tu médico o a tu farmacéutico si presentas picores, erupción cutánea, diarrea permanente, ahogos, hinchazón en la cara, en la garganta o en las piernas. Sín los síntomas son muy intensos acude al servicio de Urgencias.