Nuestras células disponen de un sistema de reparación y eliminación eficaces para luchar contra los efectos nocivos de las toxinas. Sin embargo, cuando estos sistemas están saturados, los elementos tóxicos terminan siendo almacenados en las células, lo que acaba debilitando nuestro sistema inmunológico.
El cuerpo y, por tanto, el metabolismo cutáneo, experimentan una escasez de energía y se vuelven cada vez más vulnerables a las agresiones y al envejecimiento. Las toxinas pueden ser tanto exógenas como endógenas.
Toxinas exógenas. Son las que llegan a nuestro organismo desde el exterior. La mayoría lo hacen como consecuencia de una mala alimentación o de sustancias perjudiciales que van a parar al hígado, que es el órgano encargado de detoxificar. Medicamentos, alcohol, tabaco, productos industriales y refinados, y otras sustancias que puedan llegar a nuestro interior accidentalmente como herbicidas, pesticidas insecticidas o contaminantes en general. Además del hígado, otros órganos que pueden verse afectados por los procesos de detoxificación de estas sustancias son los pulmones, el intestino, los riñones o incluso la propia piel.
Toxinas endógenas. Son generadas por el propio organismo por metabolismo y pueden influir en algunos problemas de salud. Cada persona puede acumular unas u otras o incluso las dos. La que siempre está presente es la exógena (también depende de entorno, alimentación…) y, por tanto, es en este tipo de toxinas donde nos centraremos a la hora de plantear la detoxificación, en cómo metabolizarlas y eliminarlas.
¿Por qué debemos detoxificar la piel?
La respuesta es fácil. Porque la piel está viva y como todo ser vivo se alimenta y después elimina lo que no necesita. Por ejemplo, en todas las casas, por la noche hay que bajar la basura. En nuestras células también se acumula basura, sustancias tóxicas que repercuten en la productividad y la funcionalidad haciendo así que no puedan trabajar correctamente.
En nuestro organismo tenemos un encargado de reciclar esa basura que se llama proteasoma. Es capaz de eliminar de forma natural las proteínas dañadas a lo largo del día -porque son potencialmente tóxicas- y de reciclarlas para fabricar nuevas proteínas.
Solo así la piel recupera energía para seguir funcionando en sus dos cometidos: protegerse durante el día y repararse por la noche.
El problema es que, en periodos de estrés y con la edad, el sistema de defensa se ve desbordado, la proteasoma agota su capacidad de funcionamiento y es necesario estimularla de forma eficaz.
Esto significa que las toxinas pueden deteriorar la función de la barrera cutánea. Y una barrera alterada suele significar piel apagada, reactiva, seca… como asfixiada.
Por suerte, los laboratorios últimamente se esfuerzan en dar con ingredientes activos capaces de reactivar el proceso natural de eliminación de toxinas para que, una vez purificada, la piel pueda aprovechar al máximo los activos que recibe, revitalizándola y reanimándola.
Ahora que todavía estas a tiempo, te proponemos una rutina de belleza con la que podrás comenzar a preparar tu piel para los días soleados del verano.
Detoxificación de la piel
El objetivo de un tratamiento detoxificante es que la piel se muestre luminosa a través de su textura, que al no tener imperfecciones logrará reflejar su luz natural. Para ello es necesario conseguir un relieve cutáneo regular, eliminar las células muertas y tratar surcos y arrugas.
Empieza por exfoliar tu piel una vez a la semana. De esta manera eliminarás impurezas y células muertas y conseguirás un bronceado uniforme. Puedes usar la Emulsión Exfoliante Suave IOMA nº 5 es un exfoliante facial que limpia en profundidad, desincrusta la piel y la libera de las impurezas, afinando la piel sin agredir. Dándole resplandor y suavidad. Sus partículas exfoliantes de sílice eliminan las células muertas.
Otra de las propuestas que puedes encontrar en tu farmacia es la UNIC30-Day Skin Miracle Sshot Ampollas, es un concentrado nocturno detox, recuperador intensivo de la piel, de 1 mes de duración.
Un despertar mágico, al cabo de 30 días, contiene un activo Celldetox que activa un proceso de desintoxicación celular, reduce el nivel de oxidación de las proteínas, como resultado, devuelve el brillo y la luminosidad a pieles intoxicadas y cansadas así como las Células Madre de la Naranja, renuevan la piel e incrementan su firmeza y elasticidad 30 días de tratamiento.
Pregunta a tu farmacéutico/a por la opción más adecuada para tu piel.