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Cuidados especiales para las personas mayores en verano

Cuidados especiales para las personas mayores en verano

Las personas mayores son más sensibles al calor ya que, al sudar menos, su capacidad para regular la temperatura corporal es menor que la de una persona joven.

Las disfunciones del sistema termorregulador hacen que las personas mayores tengan una menor percepción del calor y sean por ello más vulnerables.

Algunas enfermedades crónicas pueden agravar los efectos del calor y es importante vigilar especialmente a las personas polimedicadas (sobre todo a las que toman de forma continua medicamentos como diuréticos, antihipertensivos o antidepresivos).

Desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología advierten sobre todo de los peligros de no detectar a tiempo un golpe de calor. En el caso de los ancianos -señalan- los golpes de calor no vienen precedidos de un esfuerzo o de ejercicio físico intenso, como sucede en el caso de los jóvenes.

Hacemos un repaso a algunas de las cuestiones que habrá que vigilar en verano para salvaguardar la salud de los mayores de la casa.

Hidratación

Con el calor se eliminan más líquidos por lo que la hidratación cobra aún más importancia que durante el resto del año.

Es necesario que las personas mayores tomen agua a lo largo del día de forma continua, aunque no tengan sed. Se recomienda beber entre 2,5 y 3 litros, preferiblemente fuera de las comidas y en pequeñas cantidades. Ayudará a prevenir la deshidratación y hacer frente al estreñimiento, tan frecuente en esta etapa de la vida.

Evita las bebidas con cafeína y el alcohol ya que favorecen la deshidratación.

Ropa ligera

Se recomienda llevar prendas ligeras y de colores claros. Tejidos como el lino o algodón son más transpirables y ayudarán a las personas mayores a combatir el calor. Es recomendable también que usen un sombrero o gorra para proteger la cabeza y gafas de sol.

Salidas al exterior

Se aconseja evitar salir al exterior en las horas de más calor, de 12 a 16 horas.

Además, hay que procurar mantener la casa a una temperatura adecuada (entre 21 y 25º), ventilando a primera o a última hora y cerrando ventanas y persianas a las horas de más calor.

Siempre que salgan al exterior, las personas mayores deberán usar fotoprotección solar. Su piel es más fina y por ello está más expuesta a los efectos nocivos del sol.

Es recomendable emplear al menos un Factor de Protección Solar 30. Pregunta a tu farmacéutic@ por la solución más adecuada según el tipo de piel, fototipo, etc.

Alimentación

En verano, además de incrementar la ingesta de líquidos, se recomienda aumentar el consumo de frutas y verduras, tomar zumos, yogures, gazpachos, cremas frías, ensaladas, etc.

Entre las frutas, opta por las más ricas en líquidos, como melón sandía y fresas, entre otras.

Deben evitarse las comidas copiosas y con alto contenido en grasas, ya que dificultan la adaptación de nuestro cuerpo al calor.

En caso de emergencia…

Habrá que estar alerta si después de una exposición a las altas temperaturas durante un largo periodo de tiempo se observa alguno de estos síntomas:

  • Mareos o náuseas.
  • Calambres musculares.
  • Excesiva fatiga o debilidad.
  • Desorientación temporal o espacial, confusión.
  • Ausencia de sudoración.
  • Piel muy caliente o enrojecida.
  • Temperatura corporal muy elevada.

En ese caso:

– Enfríe su cuerpo mojándolo con agua fresca, situándolo en un lugar fresco o dándole aire fresco.

– Proporciónele agua.

LLAME INMEDIATAMENTE AL 112

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