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Dietas antiinflamatorias ¿una moda pasajera?

Dietas antiinflamatorias ¿una moda pasajera?


La inflamación es un mecanismo de defensa de nuestro organismo frente a las agresiones externas (enfermedades, infecciones, traumatismos, heridas…). Se trata de un proceso deseable y positivo, en el que intervienen
múltiples mecanismos hormonales, vasculares y celulares.

El problema llega cuando la inflamación se mantiene en el tiempo, ya sea porque la agresión se mantiene, o porque nuestros sistemas de detección de dicha agresión no funcionan debidamente. Si la inflamación se prolonga en el tiempo puede llegar a dañar tejidos y órganos o provocar enfermedades como diabetes, patologías cardiovasculares y algunas de tipo autoinmune, como la diabetes

Hay que tener en cuenta que la inflamación produce una aceleración en los procesos de oxidación de nuestras estructuras celulares, lo que acelera su envejecimiento. Para contrarrestar este proceso se recomienda tomar alimentos ricos en antioxidantes, bien sea a través de los alimentos (pescados grasos y frutos secos, con omega 3; frutas y verduras crudas, con vitamina C, etc.) o de suplementos.

Las dietas antiinflamatorias parecen ser la panacea de todos los problemas en las redes sociales: para bajar de peso, para mejorar el sueño, para bajar la hinchazón, combatir la pesadez… Está claro que son el tema de moda, pero… ¿sus bondades tienen realmente una base científica?

Desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición advierten que no existen las soluciones milagrosas. Además de cuidar la alimentación, siguiendo el patrón de la dieta mediterránea, hay que adoptar otra serie de medidas como evitar tabaco y alcohol, practicar ejercicio físico de forma regular, evitar el estrés crónico, dormir adecuadamente y combatir el sobrepeso.

También recuerdan que a la hora de cocinar es importante emplear técnicas menos agresivas (entendido como aplicar temperaturas más bajas). Esto tiene una doble ventaja: preservar mejor algunas vitaminas y antioxidantes, y generar menos procesos oxidativos en los alimentos, disminuyendo su carga inflamatoria.

Recomendaciones para prevenir la inflamación crónica

Estas son algunas de las recomendaciones para combatir la inflamación crónica:

  • Evita los alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares añadidos, aditivos y grasas de bajo valor nutricional. Es importante fijarse bien en las etiquetas para saber los ingredientes.
  • Opta siempre por la dieta mediterránea: frutas y verduras,
    aceite de oliva extra, pescados y mariscos, legumbres y cereales integrales de granos enteros.
  • Di adiós al alcohol. No existe una dosis segura, y contribuye especialmente a la inflamación.
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