La gastroenteritis es una de las patologías más habituales en ésta época. Puede ser de origen bacteriano o vírica, siendo ésta última la más habitual. Se caracteriza por varias deposiciones al día de carácter blando y, a veces, acompañadas de vómitos, dolor abdominal e incluso fiebre. Son patologías que se suelen resolver de forma espontánea al cabo de tres días.
Durante el proceso el intestino se inflama y es incapaz de regular la absorción y secreción de sales y agua, lo que puede provocar deshidratación. Por ello, el tratamiento más indicado es la rehidratación con sueros (sales), e incluso con probióticos para acelerar la recuperación de la mucosa intestinal. A diferencia de lo que piensa la gente. el Aquarius está totalmente contraindicado en éstos casos porque su concentración en sales no es suficiente y, en cambio, es muy alta en azúcares y agravan la pérdida de agua.
Si es necesario, puede recurrirse a los analgésicos para tratar el dolor y/o la fiebre, los antieméticos para mejorar las náuseas y vómitos. Los antibióticos no son efectivos en caso de infecciones víricas. La gastroenteritis vírica es una enfermedad muy contagiosa, que se propaga mediante el contacto directo con una persona infectada, al compartir con ella cubiertos, alimentos o bebidas, o también a través del agua o alimentos contaminados por el virus. Para evitar el contagio tenemos que extremar las medidas higiénicas.
