La mayoría de las infecciones urinarias están producidas por bacterias, que habitualmente viven en el intestino grueso como la Escherichia coli (E. coli). Desde el ano contaminan la zona perianal y la vagina, llegando a la uretra y, desde allí, a vejiga. Por ello, para prevenir este tipo de infecciones es muy importante lavarse bien la zona después de ir al baño y antes y después de mantener relaciones sexuales.
En verano el uso habitual de las picinas hace que proliferen las infecciones. El motivo principal es que el cloro usado en las piscinas tiende a alterar la flora vaginal y sus mecanismos de defensa. Y que la humedad y el calor favorecen la proliferación bacteriana.
Es aconsejable realizar ciertas modificaciones en nuestros hábitos y estilos de vida: cambiar el bañador mojado tras el baño, usar ropa interior de algodón, beber mucha agua a lo largo del día y llevar una alimentación sana, rica en frutos rojos como los arándanos. Los probióticos son, también, muy beneficiosos porque ayudan a restablecer y mejorar el equilibrio de la microbiota intestinal y vaginal.
También hay preparados específicos de aceites esenciales que ayudan a prevenir y tratar estos problemas. Pregunta a tu farmacéutico cúales son y cómo se utilizan. De cualquier manera, si las infecciones son muy recurrentes hay que consultar al médico.