Caída del cabello en primavera ¿mito o realidad?

Caída del cabello en primavera ¿mito o realidad?

Son muchos los factores que intervienen en la caída del cabello, en su debilidad y falta de densidad. Desde la herencia genética a nuestro estilo de vida, junto con otras causas como el estrés, la alimentación, post partos, menopausia, etc.

También influyen en la salud de nuestro cabello técnicas agresivas (decoloraciones, tintes con productos inadecuados, planchas o rizadores, etc.) y enfermedades, entre las que destacamos recientemente el coronavirus COVID-19.

Caída estacional

Es cierto, existe la caída estacional en primavera y otoño, siendo más abundante la de otoño. Se debe a un motivo biológico, nuestro cuerpo se adapta a las variaciones de temperatura y luz que acompañan a la estación.

Se trata de un proceso natural que nos ocurre a todos en menor o mayor medida. Esta caída del cabello exagerada se conoce como efluvio telogénico, se caracteriza por una pérdida muy acelerada del cabello en un periodo de tiempo limitado. Aunque en la mayoría de los casos es un proceso reversible.

Al margen o, además, de esta caída estacional, la causa más común de la caída del cabello es el estrés, junto con la ansiedad. Hay que realizar cuidados específicos para frenar la caída y debilidad: dieta alimenticia adecuada y complementos orales específicos. Estos suplementos contienen nutrientes adicionales, minerales, vitaminas o derivados botánicos, que aportan un extra para mantener el cabello resistente y que aumente la densidad. Pregunta en tu farmacia por la opción más adecuada a tu caso.

En el caso que la caída sea excesiva, no valdrá con prevenir con la ingesta de complementos orales, tendremos que frenar la caída sí o sí con ampollas. Estas últimas van a ser más rápidas en acción a la hora de parar la caída.

El tratamiento más completo será afrontarlo por ambos lados, internamente con las cápsulas y externamente con las ampollas. Con tratamientos entre 2-3 meses de duración.

Caída por Covid-19

Un nuevo factor se ha añadido a la lista, es el COVID-19, como efecto secundario.

Aunque no se trata de uno de los efectos más graves por supuesto, esta caída masiva del cabello causa sin duda un alarmante impacto en el paciente.

El estrés generado por el confinamiento, el miedo a la pandemia o por padecer el propio Covid-19, tiene una estrecha relación con la caída del pelo al provocar un daño en los pequeños vasos sanguíneos que irrigan y nutren al folículo piloso.

Por ello, se ve comprometido y bloqueado el crecimiento del pelo y genera que éste crezca débil y frágil, y caiga antes de hora.  La raíz del cabello se debilita y meses después de haberlo superado, el cabello cae de forma anormal y exagerada. El paciente nota que ha perdido densidad capilar y el cuero cabelludo “clarea”. 

Lo que ocurre es que después de un fuerte episodio de estrés grave, parte importante del pelo (hasta un 50%) pasa repentinamente a la fase de caída (telógena) y se cae antes de tiempo. En otras palabras, se cae mucho cabello y en poco tiempo.

Aquellas personas que no han enfermado pero que han sufrido periodos de ansiedad y estrés emocional, también pueden verse afectadas por esta caída exagerada de cabello.

Lo mejor es que en el momento que vemos que nuestro cabello empieza a caer o debilitarse, acudamos a consultar a los profesionales. En las farmacias Sanifarma tenemos un servicio de asesoramiento capilar, en el que expertas en Tricología dan solución a cada problema capilar, marcando una pauta adecuada, para que el cabello se vea sano y fuerte.

Puedes ampliar la información del servicio en este enlace y solicitar tu cita en la farmacia Sanifarma más cercana.

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