Mindfulness, atención a la salud

Mindfulness, atención a la salud

El mindfulness sería el equivalente al término “conciencia plena” o “atención plena” y tiene su origen en diferentes técnicas de meditación orientales. Aboga por ser conscientes del momento presente, observando los pensamientos independientemente de su carga emocional.

Recientemente hemos asistido a un boom del mindfulness y a su aplicación a diferentes ámbitos de nuestra vida, desde el laboral hasta la educación, el deporte y la gastronomía. Lo que queda claramente probada es su relación con la salud, no sólo psíquica (dado que combate el estrés y la ansiedad) sino también física.

Las prisas, el estrés, las nuevas tecnologías… Vivimos a contrarreloj en un mundo plagado de distracciones que hacen que resulte tan difícil centrarnos en el ahora.

Según los resultados del VII Estudio CinfaSalud, avalado por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), doce millones y medio de españoles/as se sienten estresados/as y la mitad (53,3%) acaban desarrollando una enfermedad física o problemas psíquicos o emocionales tales como ansiedad o depresión. El estudio señala que los síntomas más frecuentes entre los/as españoles/as que sufren estrés son: irritabilidad (46,8%), ansiedad (39,5%) e insomnio (38%), seguidos de dolores de cabeza y musculares (32,2%) y fatiga física (29,9%).

Entrevista a Iciar Burgos, consultora en Mindfulness

Recientemente, hemos entrevistado a Iciar Burgos, coach en Educación Transpersonal y consultora en Mindfulness y Terapia Sistémica, para analizar las aplicaciones del mindfulness en el campo de la salud. “El mindfulness -nos explica Iciar- resulta una herramienta muy útil en los tratamientos habituales, ya que incide directamente en la actitud del paciente”. Reproducimos aquí parte de la entrevista que podéis consultar íntegramente descargándoos nuestra revista.

IciarBurgos webDurante décadas se ha estudiado la relación entre el estado emocional y la salud. ¿Hasta qué punto el mindfulness puede beneficiarnos en este sentido?

Iciar Burgos.- Efectivamente, se estima que un porcentaje muy elevado de las consultas al médico de cabecera está relacionado con el estado emocional. Tenemos tres maneras básicamente de relacionarnos con nuestras emociones. Una manera sería negándola, sin permitirnos sentir la emoción que se presenta; otra sería identificarnos con la emoción, es decir convertirnos en la propia emoción sintiendo que nos posee; y la tercera sería reconocer la emoción, parar, respirar, identificar la emoción que estoy sintiendo, darme cariño y decidir actuar o no actuar. Esta última manera es la que aprendemos con la práctica de mindfulness. Aprendemos a enfocar la atención a las sensaciones internas y acompañarlas desde la respiración y la amabilidad, sin juzgar si lo que sentimos es bueno o malo, y sin pretender cambiar lo que percibimos. De esta manera nos abrimos a sentir lo que se presenta en cada momento. En realidad las emociones no son buenas o malas. La emoción en sí misma no es la que nos hace sufrir, es la resistencia a sentir lo incómodo, lo que nos hace sufrir. Muchas veces nos revelamos ante lo que sentimos, no queremos sentirlo y entramos en lucha interna, esto nos genera sufrimiento. Sin embargo, cuando aprendemos a atender lo que sentimos tal y como es a través de las sensaciones internas, con calma y amabilidad, sin luchar, algo sucede, estas emociones se disuelven y dan paso a otras que nos hacen sentir mejor. Dicen que aquello a lo que te resistes persiste. Sería algo así, si atiendo lo que sucede en mí con amabilidad, pasado un rato se disuelve. Así que el mindfulness nos ayuda a controlar mejor nuestras emociones y a hacernos cargo de lo que sentimos. No podemos evitar el dolor pero sí aprendemos a evitar caer en el sufrimiento. Esto nos ayuda a sentirnos mejor.

Parece clara la aplicación del mindfulness frente al estrés, pero… ¿cómo es está aplicando también en otras áreas como por ejemplo el tratamiento de trastornos de la conducta alimentaria?

  Iciar Burgos.-En los últimos años el mindfulness se está aplicando como complemento a los tratamientos de muchos y distintos trastornos de salud. Resulta una herramienta muy útil para acompañar a los tratamientos habituales ya que incide directamente en la actitud del paciente. Respecto a los trastornos de la conducta alimentaria, el mindfulness se está convirtiendo en una nueva vía para modificar comportamientos alimentarios problemáticos, pudiendo fomentar una alimentación más sana. De hecho, se ha desarrollado una línea más específica llamada Minful eating. Diversos estudios demuestran que el entrenamiento ayuda a conocer mejor las sensaciones corporales, distinguiendo entre la sensación de hambre física y la excitación emocional o por señales externas. Esto permite disminuir los antojos relacionados con la comida y disminuye el número de atracones. En definitiva, puede mejorar la regulación y el propio autocontrol respecto a la comida.

Más información: http://www.iciarburgos.es

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Farmacias Sanifarma

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